Los sistemas de depilación tradicionales tienen sus pros y sus contras. Algunos como la cuchilla son rápidos y económicos, pero también poco eficaces, irritan la piel o la hieren, teniendo que utilizarse a diario; otros como la cera o la depilación eléctrica son algo más duraderos, pero más agresivos para la piel y dolorosos, además de suponer un costo elevado a medio plazo.
La depilación láser tiene una acción segura, directa y precisa, asegurando resultados duraderos y prácticamente definitivos. Además, el láser estimula la formación de colágeno en la piel con lo que, de forma indirecta, se consigue una piel más suave y tersa.